viernes, 19 de noviembre de 2010

CHOCQUIBTOWN-DE DONDE VENGO YO

Rihanna - Don't Stop The Music

ANGIE (SUBTITULADO AL ESPAÑOL) - THE ROLLING STONES

La aldea de los molinos

Chile: intervencionismo y dictadura


11 de septiembre
Cargado por Aytha. - Mira películas y shows de TV enteros.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Pico y placa

Revelador primer informe del Pico y Placa todo el día en Bogotá; medida seguirá intacta

Desde el pasado 6 de febrero aumentó, en los últimos meses, la velocidad en las vías hasta en un 10%, redujo la contaminación en un 5% y bajó las cifras de accidentalidad.

El Pico y Placa de 14 horas que opera en Bogotá para los carros particulares desde el pasado 6 de febrero aumentó, en los últimos meses, la velocidad en las vías hasta en un 10 por ciento, redujo la contaminación en un 5 por ciento y bajó las cifras de accidentalidad.

Estos tres indicadores llevaron a la Alcaldía a mantener intacta la restricción (entre las 6 de la mañana y las 8 de noche), según quedó consignado en la esperada evaluación al Pico y Placa, conocida ayer por EL TIEMPO, a través de fuentes de la Secretaría de Movilidad.

El informe -de 88 páginas y que será revelado por el alcalde Samuel Moreno en los próximos días- sentencia: "La información de carácter técnico sobre movilidad y ambiente señalan que el Pico y Placa se debe mantener por los beneficios que presenta".

Impacto económico es por crisis

En el capítulo de la velocidad, el informe revela que las autoridades evaluaron 12 corredores con la ayuda del consorcio Monitoreo, Tránsito y Transporte Urbano 2009.

Dichas mediciones se hicieron en febrero, marzo y abril, y se realizaron en la calle 26; la cra. 10; la cra. 19; la Primero de Mayo; la Av. Carrera 68-calle 100; la Av. Boyacá; la calle 19; la calle 68; las cras. 11- 13; la cra. 15; la cra 7a. y la avenida Norte-Quito-Sur (NQS).

Según el estudio -en comparación con el 2008- la velocidad en esas vías se incrementó en las 'horas valle' en un 10,1 por ciento en febrero; 7,1 por ciento en marzo; y 3,3 en abril. Ese indicador se ha ido reduciendo por el inicio de un centenar de obras viales.

En las 'horas pico', el informe subraya que la velocidad subió en cinco de los 12 corredores (cra. 10, cra. 19, calle 68, carreras 11-13 y cra. 15). La NQS se mantuvo igual.

El informe destaca un incremento en los pasajeros de TransMilenio de hasta el 8,49 por ciento. Lo mismo con los buses: de 790.472 sillas ocupadas se pasó a 952.428. Y ni qué decir de los taxis: de 94.755 carreras en el primer trimestre del 2008 se pasó a 115.742 entre febrero y abril de este año.

El estudio hace un detallado recuento de la actual crisis del transporte en Bogotá y también arroja cifras positivas en materia de medio ambiente, tras las mediciones de 13 estaciones fijas.

"En un análisis realizado entre el 26 de enero y el 15 de abril del 2009, se evidencia una disminución de un 5 por ciento en las concentraciones de material particulado, redundando en efectos positivos sobre la calidad de aire de la ciudad y la salud de la población", señala el informe.

Frente a las críticas de los comerciantes, el estudio dice: "El efecto sobre la actividad económica de la ciudad es mínimo. Pesan más otros factores como la desaceleración de la actividad económica del país y de la ciudad, el comportamiento estacional de algunos gastos y las condiciones climáticas que han incidido sobre la oferta de alimentos".

Bajó el comercio de carro nuevo

El informe destaca una reducción en la accidentalidad: de 8.735 choques entre febrero y abril del 2008 se pasó a 8.681 en el mismo período de este año. No obstante, subieron los muertos: de 118 a 123.

Pero no todo es 'color de rosa'. El Pico y Placa ampliado, como era de esperarse, ha impactado en el consumo de gasolina en Bogotá: en marzo cayó el 8 por ciento y en abril el 5 por ciento. El recaudo de la sobretasa también disminuyó 6 por ciento en marzo.

Igualmente, la restricción se ha hecho sentir en el sector automotriz, afectado de por sí por la crisis económica. Según las cifras, la matrícula de carros bajó 22 por ciento y la de motocicletas cayó 8,4.

Por su parte, el traspaso de automóviles, camperos y camionetas aumentó entre febrero y abril un 14 por ciento frente al mismo período del año pasado. Esto podría indicar un auge en el negocio del vehículo usado, motivado por algunas personas que necesitan dos vehículos en su cotidianidad o trabajo.

La Alcaldía reconoce "que la dificultad más importante que enfrenta desde el punto de vista de la aceptación de la medida tiene que ver con la forma como la ciudadanía percibe sus beneficios".

Otras cifras que trae la evaluación

Mientras en 1985 había 88 vehículos por cada 1.000 habitantes, en el 2008 había 144 carros por cada 1.000 ciudadanos. Eso se ve reflejado en el caos.

Entre febrero y abril del 2008 se registraron 10.045 comparendos por Pico y Placa. En el mismo período del 2009 se reportaron 5.513.

El crecimiento de la población se mantuvo cercano al 2 por ciento entre 1998 y 2008, mientras el parque automotor creció hasta el 15 por ciento.

Mientras en 1985 había 274 mil autos, el año pasado se contaron 1'025.203. Entre 1999 y 2008 la situación fue alarmante: ingresaron 496 mil carros nuevos.

Con corte a mayo de 2009, el IDU tiene en ejecución 70 frentes de mantenimiento y a la fecha se han terminado 355 segmentos de malla vial.

El sistema TransMilenio moviliza cerca del 25 por ciento de la demanda total de viajes en transporte público en la ciudad.

El sistema de transporte público colectivo es operado por un total de 66 empresas, con 508 rutas autorizadas a circular en el área urbana de la ciudad.

Según la Secretaría de Movilidad, ingresaron a Bogotá, entre los años 2004 y 2005, un promedio 30.000 motos por año.

yeslan@eltiempo.com.co

Yesid Lancheros / Redactor de EL TIEMPO

Desarrollo minero y crisis ambiental

El 'boom' minero está causando en Colombia graves tragedias ambientales

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Uno de los personajes de Freedom (Libertad), la última novela del Balzac gringo, Jonathan Franzen, se muestra alarmado por los abusos ambientales en América Latina. Menciona a los Andes. Menciona a Colombia. Y menciona la minería a cielo abierto, "que exige sacrificar crestas montañosas y desplazar familias pobres de su hogar tradicional".

Cualquiera diría que aquel personaje visitó algunas de las codiciosas explotaciones mineras de nuestro país, donde se contamina ríos, según sucede con el Dagua (Valle), convertido en putrefacta corriente de desechos químicos; se arruina a comunidades enteras, como pasó en Marmato (Caldas), donde la Colombia Goldfields se llevó el oro y dejó miseria; o podrían arrasarse vastas extensiones y cortar fuentes de agua, como en el proyecto de La Colosa (Tolima).

Nuestro país ha sido dizque "bendecido" con un boom minero. Desde el 2002, la Nación otorga cuantiosas concesiones a multinacionales -muchas de ellas con sede en Canadá- y ha extendido 7.000 títulos de explotación. Cierto es que la extracción de minerales significa ingresos importantes y que el Producto Interno Bruto del sector subió de 6 millones de dólares en el 2000 a 17.500 en el 2008. Sin embargo, conviene aprovechar que la minería está de moda, gracias a los topos chilenos, para establecer cuánto le cuestan al país estas explotaciones hoy y cuánto costarán a los colombianos del futuro. Es sabido que la minería crea poco empleo. Pero en este caso la mayor preocupación no es la esterilidad laboral, sino la ruina ambiental. Según el escritor Alfredo Molano, el gobierno anterior otorgó concesiones irregulares en la Amazonia, en 44 parques nacionales, páramos protegidos, humedales y zonas reservadas a comunidades negras y nativas.

La ministra de Ambiente, Beatriz Uribe, está asustada. "La minería ilegal nos está envenenando", dice. No solo la ilegal. Si consulta a los ecólogos, sabrá que también nos envenenan muchas explotaciones autorizadas. Ella misma reconoció que hay 571 títulos mineros en 203.000 hectáreas "donde no se pueden desarrollar proyectos mineros". El problema desborda los códigos: enfrentamos un tsunami de deterioro ambiental por culpa de la minería descontrolada. Gonzalo Palomino, de la Universidad del Tolima, y Guillermo Duque, de la Nacional, han demostrado que ciertos peces que se venden en toda Colombia sobrepasan las concentraciones permitidas de mercurio, lo que podría generar graves degeneraciones en los consumidores. No hay oro que pague tales horrores.

Lo más inquietante es que el propio Estado, que montó la feria de las concesiones, carece de medios para impedir que ocurran atropellos ambientales, tragedias en las minas, saqueos económicos y agaches tributarios. Con loable franqueza, el ministro del ramo, Carlos Rodado Noriega, acepta que no existe fiscalización suficiente para atajar estos desmanes. Además, quiero considerar sinceras sus palabras cuando anuncia que aspira a desarrollar el sector minero "pero sin atentar contra el medio ambiente".

Como varios ojos ven más que los del Gobierno (que a veces se enceguece, como pasó en la última década), hay que recibir con alivio la creación de la Red Colombiana Frente a la Minería Transnacional, entidad verde que luchará para atajar el arrasamiento de la naturaleza, incluido ese oprimido mamífero llamado minero. El presidente Santos, a su vez, propone la creación de una Agencia Minera Nacional. Estupendo, siempre que no se dedique solo a contar plata, sino que ponga límites ecológicos a la fiebre del oro y controle el cianuro y el mercurio en las corrientes.

Pero la clave es que los colombianos reaccionen. ¿O acaso será cierto, como dice el personaje de Franzen, que los gobiernos sacrifican el medio ambiente porque "los eligen mayorías a quienes les importa un carajo la biodiversidad"?

ESQUIRLAS. Merecidísimo el éxito de El deber de Fenster, la obra de teatro de Humberto Dorado y Matías Maldonado que mezcla drama y documentos para reconstruir un terrible episodio de nuestra historia reciente. Gran dirección, gran actuación.

Boom minero en Colombia

Boom' minero, nueva versión de El Dorado

Por: Jairo Chacón González

El sector espera las licencias ambientales para buscar oro, coltán, esmeraldas, hidrocarburos, plata y otros minerales que sumarán ingresos.

En el marco del Bicentenario de Colombia, el país está a las puertas de un nuevo ‘boom minero’, el cual ha sido posible gracias a la transformación de Ecopetrol, la reforma del Código de Minas y la seguridad democrática.

La sincronización de estos tres elementos convirtió al país en una autopista de doble calzada que ha permitido la llegada de nuevos jugadores, los cuales vienen inyectando recursos y sus conocimientos para espantar el fantasma de la importación de petróleo, aumentar la producción y la exploración, no sólo en hidrocarburos, sino en otros minerales.

La jugada maestra del Ministerio de Minas abrió las puertas a un auge al que todo el mundo quiere acceder, desde las grandes compañías hasta los pequeños mineros, que ven en este sector la oportunidad de cambiar su vida.

El país, según el director de Ingeominas, Mario Ballesteros, está inexplorado. “Se puede estar hablando de una exploración de sus cuencas entre 5 y 10 %, lo que abre gigantescas perspectivas para explorar el territorio y que Colombia se convierta en un productor importante en el sector”.

Antes del Código Minero aprobado el año pasado por el Congreso, sólo con la cédula cualquier persona podía obtener un título minero, un permiso para explotar una determinada área. Hoy para acceder a un título minero el interesado debe pagar por adelantado un canon superficiario, lo cual ha permitido que la exploración se incentive y no que las personas tengan los títulos bajo sus almohadas. Se busca que se entreguen a quien tenga la intensión de explorar.

Pero hay obstáculos que podrían dar al traste con esta ilusión de la bonanza: la demora en la expedición de licencias ambientales, la falta de infraestructura, la carencia de personal capacitado, la ilegalidad y el daño al medio ambiente.

Para la Cámara Minera de la Andi, el país está presto al desarrollo de grandes proyectos mineros, que aportarán mayores dividendos, pero hay que definir reglas para evitar que se repliquen situaciones como las del río Dagua, en el departamento del Valle del Cauca, donde los desplazados prácticamente destruyeron la zona en busca de oro.

Los expertos consideran que es necesaria la creación de una entidad igual a la Agencia Nacional de Hidrocarburos, destinada a la Minería, que se encargue de definir, seleccionar y reservar áreas para entregar en concesión, como hace el Ingeominas con el coltán en los departamentos de Guaviare, Vichada y Guainía y evitar guerras como sucede en África.

De acuerdo con el director de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, Armando Zamora, en el país hay petróleo y los resultados se verán pronto, cuando empiece la exploración de los campos que se han adjudicado en los últimos años.

En materia de carbón, Alfonso Escobar, de Fenalcarbón, sostiene que el país no ha dimensionado la importancia de las minas de este recurso, especialmente en el altiplano cundiboyacense, pues la falta de un ferrocarril, vías adecuadas y puertos especializados le restan dinámica a la actividad.

En el tema carbonero el país podría llegar esta año a producir ocho millones de toneladas del mineral. La idea es que con la llegada de nuevos actores, con inversiones que podrían superar los US$10 mil millones, la producción podría estar en 140 millones de toneladas anuales.

Otros minerales que vienen ganando espacio son el ferroníquel, las esmeraldas, el hierro y la plata, que desde hace dos años repuntaron en el contexto minero, a tal punto que entre enero y abril de 2010 las exportaciones alcanzaron US$635,3 millones.

Respecto al petróleo, el Gobierno espera que la producción diaria sea de un millón de barriles, lo cual ampliaría la autosuficiencia del país hasta 2018 ó 2020.

Finalmente, en el caso del oro las exportaciones entre enero y abril de este año pasaron de US$600 millones, es decir, superaron los ingresos por café, que se situaron en US$538 millones.

Títulos mineros en parques nacionales

Se revocarán títulos mineros en parques nacionales

Lunes 23 Febrero 2009

"Minería en Colombia sí, pero ambientalmente responsable. Minería en Colombia sí, pero sin que se roben la plata de las regalías y nos dejen como saldo, desiertos y zonas de erosión" manifestó el ministro de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, Juan Lozano Ramírez, al confirmar la prohibición radical de títulos mineros en los Parques Naturales Nacionales de Colombia y pedir la revocatoria inmediata de los que ya hayan sido otorgados en estas zonas específicas.

"Ni Ingeominas, ni los departamentos que tienen delegación minera (como Antioquia, Bolívar y Caldas) ni ninguna otra autoridad minera en el país puede dar títulos en los Parques Nacionales Naturales de Colombia. Los Parques son de todos los colombianos, tienen una protección especial" destacó el titular de la Cartera Ambiental.

"Quienes tengan algún título minero en los parques naturales tienen que saber que esos títulos no les dan ningún permiso, ningún derecho de explotación. Y si con todo insisten en desarrollar la actividad minera, se tendrá que aplicar la Ley, se tendrán que aplicar con todo rigor las sanciones porque es una violación de normas de superior jerarquía para la protección de un patrimonio que es de todos los colombianos: el agua, los recursos naturales, la biodiversidad que está en estos parques", agregó.


Por otra parte, ante la proliferación de solicitudes de licencias mineras, Lozano Ramírez insistió en la necesidad de que Ingeominas observe las normas sobre protección ambiental y que se acelere la tramitación de la normativa correspondiente en el Congreso de la República.


La directora de Parques Naturales Nacionales, Julia Miranda, se refirió a la preocupación que existe por los títulos entregados: "Nos preocupan todos los casos de los títulos adjudicados. De todos estos, que son más de 38, algunos alcanzaron el proceso de explotación en áreas correspondientes a parques naturales. Estos son dos casos concretos: uno, en la selva de Florencia y otro en el parque de Los Farallones de Cali. No obstante, ya fueron suspendidas las actividades y ya se inició un proceso sancionatorio".

lunes, 8 de noviembre de 2010

Minería en los páramos

Minería en los páramos

A principios de mayo el Ministerio de Ambiente decidió que la multinacional canadiense Greystar Resources debía presentar un nuevo estudio de impacto ambiental para analizar la viabilidad del proyecto minero Angostura (oro y plata), en Santander, porque, según la Viceministra, Claudia Mora Pineda, "más de la mitad del proyecto está localizado en zonas de páramo". Algunos medios indicaron, el pasado 31 de mayo, que el recurso de reposición interpuesto por la multinacional fue fallado a su favor, pero el Ministerio reitera que aún no ha determinado si el desarrollo del proyecto Angostura es o no viable.

La tensión en el caso del Páramo Santurbán, afectado por el proyecto de la Greystar en Angostura, se ha dado en torno a la necesidad de garantizar el buen estado químico de las aguas, proteger los recursos hídricos y la diversidad biológica, frente a la aprobación de licencias para construcción y montaje y explotación minera. En este caso, la fosa de extracción y las zonas de lixiviación con cianuro para concentrar el oro se encontrarían dentro de las cuencas abastecedoras de agua para la zona metropolitana de Bucaramanga. Esa tensión se agrava dado que la minería es un ejercicio para beneficio particular y privado, y que la biodiversidad afectada es patrimonio nacional y de interés de la humanidad.

Colombia, tierra de nadie

El artículo 34 del Código de Minas establece que en las zonas excluibles de la minería "No podrán ejecutarse trabajos y obras de exploración y explotación mineras". Específicamente en las áreas que integran el sistema de parques nacionales naturales, de carácter regional, zonas de reserva forestal protectora y zonas de reserva forestal, ecosistemas de páramo y los humedales designados como Ramsar, que deben ser delimitadas geográficamente por la autoridad correspondiente con base en estudios técnicos, sociales y ambientales.

Pero incluso antes de la reforma del 34, el ordenamiento jurídico colombiano prevé, por sí mismo, su protección. Por ejemplo, la Ley 99 de 1993, en el aspecto específico de los páramos, consagró que páramos, sub páramos, nacimientos de agua y zonas de recarga de acuíferos deben ser objeto de protección especial, y que la biodiversidad debe ser protegida prioritariamente y aprovechada en forma sostenible. O la Ley 1333 que regula el procedimiento para sancionar a quienes contravengan las normas que regulan la protección de los recursos naturales y del ambiente. O, la acción de tutela, cuando esa protección al ambiente esté en conexidad con un derecho fundamental. Así mismo, en la sentencia C-443 de 2009, la Corte Constitucional "exhorta al Ministerio de Ambiente, al igual que a las corporaciones autónomas regionales y a las autoridades ambientales competentes, para que cumplan con los deberes ambientales a su cargo... y adopten medidas eficaces para la protección del medio ambiente en general y de las áreas de especial importancia ecológica tales como los páramos... aplicando el principio de precaución.... de manera tal que en caso de presentarse una falta de certeza científica absoluta frente a la exploración o explotación minera de una zona determinada; la decisión debe inclinarse necesariamente hacia la protección de medio ambiente."

Es así como el Ministerio del Medio Ambiente no solamente tiene el derecho sino el deber de solicitar dicho estudio, amparado tanto en la nueva legislación como en el ordenamiento jurídico previo.

Según datos del Ministerio, para octubre de 2008 se habían otorgado títulos en Zonas de Protección y en otras zonas de interés ambiental forestal, que comprometían 1.220.611 hectáreas. Pero más preocupante todavía, era que, para la misma fecha, las hectáreas afectadas por solicitudes para exploración y explotación llegaban a 7.948.910. Veamos la situación de los páramos por fuera de zonas protegidas:

Colombia, tierra de nadie

El artículo 34 del Código de Minas establece que en las zonas excluibles de la minería "No podrán ejecutarse trabajos y obras de exploración y explotación mineras". Específicamente en las áreas que integran el sistema de parques nacionales naturales, de carácter regional, zonas de reserva forestal protectora y zonas de reserva forestal, ecosistemas de páramo y los humedales designados como Ramsar, que deben ser delimitadas geográficamente por la autoridad correspondiente con base en estudios técnicos, sociales y ambientales.

Pero incluso antes de la reforma del 34, el ordenamiento jurídico colombiano prevé, por sí mismo, su protección. Por ejemplo, la Ley 99 de 1993, en el aspecto específico de los páramos, consagró que páramos, sub páramos, nacimientos de agua y zonas de recarga de acuíferos deben ser objeto de protección especial, y que la biodiversidad debe ser protegida prioritariamente y aprovechada en forma sostenible. O la Ley 1333 que regula el procedimiento para sancionar a quienes contravengan las normas que regulan la protección de los recursos naturales y del ambiente. O, la acción de tutela, cuando esa protección al ambiente esté en conexidad con un derecho fundamental. Así mismo, en la sentencia C-443 de 2009, la Corte Constitucional "exhorta al Ministerio de Ambiente, al igual que a las corporaciones autónomas regionales y a las autoridades ambientales competentes, para que cumplan con los deberes ambientales a su cargo... y adopten medidas eficaces para la protección del medio ambiente en general y de las áreas de especial importancia ecológica tales como los páramos... aplicando el principio de precaución.... de manera tal que en caso de presentarse una falta de certeza científica absoluta frente a la exploración o explotación minera de una zona determinada; la decisión debe inclinarse necesariamente hacia la protección de medio ambiente."

Es así como el Ministerio del Medio Ambiente no solamente tiene el derecho sino el deber de solicitar dicho estudio, amparado tanto en la nueva legislación como en el ordenamiento jurídico previo.

Según datos del Ministerio, para octubre de 2008 se habían otorgado títulos en Zonas de Protección y en otras zonas de interés ambiental forestal, que comprometían 1.220.611 hectáreas. Pero más preocupante todavía, era que, para la misma fecha, las hectáreas afectadas por solicitudes para exploración y explotación llegaban a 7.948.910. Veamos la situación de los páramos por fuera de zonas protegidas:

Malo para unos, bueno para otro

Mientras esto sucede en Colombia, en el resto del mundo se producen noticias relevantes frente a las políticas de exploración y explotación minera.

En Estados Unidos, la revista Science[1] publicó un estudio de un grupo de científicos de ese país, varios de ellos miembros de la Academia Nacional de las Ciencias. En éste argumentan que se debe hacer una moratoria que bloquee la concesión de permisos para explotaciones mineras en cumbres montañosas, debido a los irrefutables e irreversibles impactos ambientales. El documento exhorta a Estados Unidos a adoptar un papel de liderazgo global, ya que se prevé que durante la próxima década se incremente en gran medida el número de explotaciones mineras a cielo abierto en muchos países en vías de desarrollo. "Las pruebas científicas son contundentes", anuncia la coordinadora del estudio, Margaret Palmer, investigadora en el Center for Environmental Science y en el Collage Park de la Universidad de Maryland. "Sus efectos son omnipresentes y muy duraderos, además no hay prueba alguna de que las prácticas destinadas a paliarlos puedan tener éxito a la hora de revertir los daños causados". "La extracción minera con explosivos, es un atropello medioambiental, insiste la experta. Además, existe una relación directa entre defectos congénitos, cáncer y contaminación del agua y este tipo de minería".

Por su parte, mediante resolución del 5 de mayo de 2010, el Parlamento Europeo[2] exhorta a la prohibición completa del uso de las tecnologías mineras a base de cianuro antes de que termine el año 2011.

Las consideraciones para esa decisión son sencillas y concluyentes. Veamos aquellas que se aplican al caso colombiano:

(a) El cianuro es una sustancia química altamente tóxica utilizada en la minería del oro, está clasificado como uno de los principales contaminantes y puede tener un impacto catastrófico e irreversible en la salud, el medio ambiente y en la diversidad biológica.

(b) En los últimos 25 años se han registrado más de 30 accidentes importantes relacionados con el vertido de cianuro, y, teniendo en cuenta el incremento de las condiciones meteorológicas extremas, como fuertes y frecuentes precipitaciones, no existe ninguna garantía real de que no se produzca otro.

(c) La aplicación de la legislación vigente en relación con el uso de cianuro en la minería también depende de las competencias de los poderes ejecutivos de cada Estado miembro, por lo que si estos no son proactivos en prevención, la posibilidad de que ocurra un accidente es sólo cuestión de tiempo y de negligencia humana.

(d) El uso de cianuro en minería puede provocar enormes daños ecológicos que raramente son reparados por las empresas explotadoras (que suelen desaparecer o declararse en quiebra), sino por los estados, o sea, por los contribuyentes.

(f) Las empresas no cuentan con seguros a largo plazo que cubran los costos en caso de accidente.

El Parlamento pide a los Estados miembros que "no presten apoyo, de forma directa o indirecta, a ningún proyecto minero en la UE en que se empleen tecnologías a base de cianuro, ni respalden proyectos de esas características en terceros países".

Es pertinente la revisión de las consideraciones de la UE, cuando en Colombia las empresas mineras internacionales sostienen que la "minería responsable" no usa mercurio sino cianuro, máxime cuando de acuerdo a un reciente estudio de la ONU[3], Colombia es el lugar del mundo de mayor contaminación de mercurio en el aire y en el agua.

La pregunta que se cae de su peso es ¿por qué lo que está mal para Estados Unidos y para los países de la Unión Europea, es bueno para nuestro país considerado uno de los más biodiversos del mundo?

*La autora agradece a Diana Lozano, geóloga de la Universidad Nacional, por el apoyo en la elaboración de los mapas que hacen parte del presente artículo. Así mismo, a Jorge William Sánchez Latorre por la fotografías.

Nota: Una versión resumida de este articulo fue publicada en El Tiempo del domingo 6 de Junio de 2010.

Notas de pie de página


[1] Science 8 January 2010: Vol. 327. no 5962. DOI:10. 1126/science, 1180543 Mountaintop Mining Consequences

[2] Resolución del Parlamento Europeo sobre la prohibición del uso de las tecnologías mineras a base de cianuro en la UE. En: http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?type=MOTION&reference=B7-2010-0240&language=ES

[3] Impresiones de dos visitas de campo, de Marcello Veiga, PhD. ONUDI, enero de 2010.

Reglas del debate

DEBATES

El Debate puede definirse como la confrontación de ideas sobre un tema determinado. Se trata de persuadir y convencer a un auditorio, que los argumentos que se utilizan son válidos.

NORMAS

  • Maneje con eficiencia los minutos que le conceda el jurado.
  • Espere su turno para participar. No levante la mano, ni hable.
  • Puede tener en la mano fichas y hojas pero no leerlas para el público.
  • No habrá mociones
  • Cualquier intervención debe hacerla de pié.
  • La defensa o el ataque se escogerá al azar.
  • Siempre comienza el que quede afirmativo.
  • No se puede salir del recinto.

PARA LA DISCUSIÓN

  • Seleccione lecturas sobre los temas propuestos que permita contrastar los subtemas.
  • Haga una lista de todas las palabras que no conozca bien. Averigüe y escriba sus significados.
  • Escriba un informe sobre lo leído
  • Identifique los subtemas del informe
  • Identifique los subtemas que más le costaron comprender o que crea útiles para una discusión provechosa.
  • Escriba un informe sobre los subtemas que más le costaron comprender. Formule preguntas.
  • Escriba qué utilidad tiene el material leído para el debate.
  • Organice sus argumentos.

UN ARGUMENTO TIENE FUERZA CUANDO:

  • Tiene intensidad, impactando al público.
  • Cuando se gradúa su exposición.
  • Cuando responde al desarrollo del debate.
  • Cuando hay claridad al exponerlo.

ORATORIA

  • Manejar el tono de la voz. Hable con convicción y elocuencia.
  • Vocalice bien
  • Maneje el gesto corporal (manos, rostro, movimiento) que corresponda al discurso que ha preparado (serio, racional, irónico, sentimental)
  • Diríjase al público, al jurado, a su oponente.
  • Sea diplomático recuerde que está intercambiando ideas, respete a su oponente.
  • Escuche con mucha atención.

ELEMENTOS PARA LA EVALUACIÓN

  • Tono de voz: fuerza, dicción, elocuencia.
  • Gesto corporal: movimiento, manos, rostro.
  • Argumentación: información, pruebas, análisis.
  • Diplomacia: discreción, amabilidad.
  • Discurso: saludo, problemática, conclusiones.

Sobre el pico y placa

El presente de una mala idea

Por: Rafael Rivas

HACE UNOS DÍAS, EL INVESTIGA-dor Eduardo Behrentz escribió un artículo criticando la política de pico y placa en El Tiempo.

Yo había hecho otro tanto hace unos meses. El argumento de ambos es que, en el mediano plazo, el pico y placa no reducirá el número de vehículos circulando por las calles y, por lo tanto, no reducirá la congestión. En cambio, esta política inútil es muy costosa.

Si el pico y placa operara como antes, unas horas al día, la gente tiene el incentivo de organizar su día para poder hacer las cosas que tiene que hacer, con cambios pequeños en la rutina. Mientras esto sea posible, la gente tratará de no adquirir otro vehículo. Por contrario, la imposición del pico y placa dos días enteros tiene el efecto automático de promover la adquisición de un segundo vehículo. Algunos lo hacen de manera inmediata. Otros, se demoran un poco. Un año. Dos años. Tres. Pero eventualmente lo hacen. Y entonces, el número de vehículos en la ciudad se habrá duplicado, aun sin tener en cuenta el crecimiento producido por el aumento paulatino del ingreso.

En Bogotá puede haber 1’400,000 vehículos. Suponiendo que sólo el 50% de los propietarios deciden adquirir un segundo vehículo para evitar el pico y placa, esta medida de política estimulará la adquisición de 700.000 vehículos al cabo de unos pocos años. Supongamos que cada vehículo tiene un costo de US$10.000 excluyendo impuestos. Esto significa que los bogotanos están invirtiendo US$7 mil millones para desvirtuar el efecto del pico y placa.

Esta inversión es equivalente a 3 veces el costo del minimetro que se propone en Bogotá. Sería suficiente para construir 700 kilómetros de Transmilenio. Cientos de hectáreas de parques urbanos. Y es inversión totalmente improductiva e innecesaria, en capacidad ociosa. Es inducida por la obligación de dejar en los garajes los carros que ya existen. ¡Qué tal que a las empresas les dijeran que tienen que tener una capacidad ociosa de 100%!

Lo peor de todo es que, al cabo de unos años, el efecto del pico y placa sobre la congestión habrá desaparecido. De todos modos habrá que hacer los sistemas de transporte masivo que haya que hacer. De todos modos habrá que reparar las vías actuales, construir grandes vías urbanas, aumentar la sobretasa de la gasolina y tomar otras medidas de precio para desestimular el uso del vehículo (siempre que haya alternativas razonables). Habrá que obligar a los buses a parar solamente en paraderos y multar a quienes están mal estacionados. Un sistema de cámaras para multar a los vehículos particulares que se estacionan o paran en las vías o a los buses por fuera de los paraderos, sería muy simple de poner en funcionamiento y tendría un efecto considerable sobre la velocidad de circulación. Es decir, habrá que tomar todas las medidas que estamos en mora de tomar, para ordenar el tráfico y combatir la congestión.

El pico y placa sólo habrá servido para hacer felices a los concesionarios y para estimular a los bogotanos a parquear US$7 mil millones en garajes oscuros. Quizás el único consuelo, consuelo de tontos, es que estos recursos no habrán pasado por las manos de los zares de la contratación distrital.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Sobre los jóvenes de hoy

Sobre los jóvenes de hoy

Reflexiones a partir de varios artículos

Alfredo Ramos Osorio

“En nuestras barriadas populares urbanas tenemos camadas enteras de jóvenes cuyas cabezas dan cabida a la magia y a la hechicería, a las culpas cristianas y a intolerancia piadosa, lo mismo que a utópicos sueños de igualdad y libertad, indiscutibles y legítimos, así como a sensaciones de vacío, ausencia de ideologías totalizadoras, fragmentación de la vida y tiranía de la imagen fugaz y el sonido musical como lenguaje único de fondo”.

Fernando Cruz Kronfly

“Nuestro pensamiento nos ata todavía al pasado, al mundo tal como existía en la época de nuestra infancia y juventud, nacidos y criados antes de la revolución electrónica, la mayoría de nosotros no entiende lo que ésta significa. Los jóvenes de la nueva generación, en cambio, se asemejan a los miembros de la primera generación nacida en un país nuevo. Debemos aprender junto con los jóvenes la forma de dar los próximos pasos; Pero para proceder así, debemos reubicar el futuro. A juicio de los occidentales, el futuro está delante de nosotros. A juicio de muchos pueblos de Oceanía, el futuro reside atrás, no adelante. Para construir una cultura en la que el pasado sea útil y no coactivo, debemos ubicar el futuro entre nosotros, como algo que está aquí listo para que lo ayudemos y protejamos antes de que nazca, porque de lo contrario, será demasiado tarde”

Margaret Mead

"Es como si la sociedad entera hubiera tomado la decisión de autorizar a los niños a asistir a las guerras, a los entierros, a los juegos de seducción eróticos, a los interludios sexuales, a las intrigas criminales. La pequeña pantalla les expone a los temas y comportamientos que los adultos se esforzaron por ocultarles durante siglos”

J. Meyrowitz

Los jóvenes de hoy en día tienen una identidad arraigada y, por lo general, poco conocida para el resto de la sociedad, que no siempre entiende bien sus actitudes y pautas de comportamiento y a veces las enjuicia a través de prejuicios equívocos, en lugar de encuadrarlas en el contexto que rodea a la juventud actual. Lo más habitual para caracterizar a un sector social es tomar como común aquello que más repercusión mediática tiene, por lo que las imágenes iniciales proyectan fundamentalmente elementos negativos: consumo de alcohol, drogas, etc...

Para valorar los comportamientos de los jóvenes se suelen buscar elementos de referencia y comparación, retornando al momento en el que cada cual tuvo dicha edad, sin tener en cuenta que cada uno vive su juventud en un contexto socio-histórico diferente. Sería impensable comparar a los jóvenes que vivieron en los años sesenta con los jóvenes de hoy. Sus escalas de valores, sus preocupaciones, sus visiones de la sociedad o sus problemas no son iguales. Mientras un joven en el período de los años sesenta generalmente tenía un itinerario profesional u ocupacional definido que ofrecía ciertas seguridades, en la actualidad los jóvenes se encuentran en contextos en los que la incertidumbre y la precariedad son elementos comunes en el mercado laboral.

El mundo laboral se ha transformado, el empleo con contratos indefinidos y garantías laborales está desapareciendo, cunde la inseguridad y el aferramiento a lo que se encuentre.

Según los estudios disponibles, estamos ante una generación de jóvenes, donde se muestran dos tendencias opuestas, algunos con profundos valores democráticos, que entienden los partidos políticos como mecanismos de participación de la ciudadanía y que valoran su potencial personal de implicación. Una generación que en general se define como pacifista y solidaria, que se rebela contra el hambre y que rechaza los graves desequilibrios entre los países del Norte y del Sur. Pero hay otros, y son muchos, apáticos, con desidia, abúlicos, sin ningún tipo de vitalidad idealista que caracterizó a los jóvenes de anteriores generaciones. A estos jóvenes la emoción les desplaza la reflexión. Sin explicación evidente. Su gregarismo es casi que epidérmico, sin profundidad ni compromiso, encuentros de esquina, de “parche” como lo llaman, de contacto veloz a través de Facebook, o microfrases en Twitter. Aparecen y desaparecen, nómadas en sus afectos e intereses, exploran pero no se enganchan. La música es el único idioma que conecta con pasión. De ahí la dificultad para robar su atención en el aula de clase, en el escenario laboral, en el terreno de la política o de cualquier propósito colectivo. Indudable, eso sí, su fuerza creativa cuando encuentra espacio para que aflore desbocada. Hedonistas, navegan o se pierden en una sociedad que no los contiene y por el contrario los lanza a un individualismo solitario susceptible de naufragios y frustraciones. En este segundo grupo de jóvenes que se describen prima la individualidad sobre la construcción social, el consumo por encima de cualquier valor, que no genera seguridad ni proyecta sentido de futuro; que no despierta ilusiones ni provoca sueños y anestesia con su consumismo desbocado e inevitable.

Pero, al mismo tiempo, los jóvenes suelen ser muy críticos con los sindicatos, dejándose llevar por los medios de comunicación, y con los partidos políticos, aún siendo conscientes de su papel fundamental en un Estado democrático. Esta paradoja plantea la necesidad de considerar los cambios que se deben acometer para mejorar la percepción que de estas instituciones pueden tener unos jóvenes que en principio parecen dispuestos a involucrarse más activamente. Cambios que deben propiciar un mayor acercamiento de los jóvenes a la política, ya que no son muchos los que lo hacen ahora y parte de los que lo hacen suelen dar por concluida su implicación política muy rápidamente, generalmente por desacuerdos, desencantos o problemas de adaptación con el funcionamiento actual de los partidos políticos.

Los jóvenes de hoy se enfrentan a un contexto social caracterizado por diversas incertidumbres, donde sus perspectivas no se circunscriben a tener una trayectoria ascendente en una empresa a lo largo de su vida laboral. Casi con toda probabilidad tendrán que entrar y salir del mercado de trabajo ocasionalmente y reciclarse para mejorar su perfil de empleabilidad. También deben afrontar un serio problema que limita sus posibilidades de emancipación, las dificultades de acceder a una vivienda debido a las dificultades que existen hoy para el ahorro y por loa altos costos de la vivienda actual y las altas tasa de interés de los créditos.

Esta situación ha llevado a muchos jóvenes a alterar sus parámetros de comportamiento, generando algunos conflictos específicos, sobre todo cuando se hacen presentes en los espacios públicos. En la era de los Derechos Humanos, no podemos olvidar que algunos jóvenes suelen ser pragmáticos y se adaptan y aprovechan aquello que la sociedad proporciona. Eso sí, muestran una mayor sensibilidad con el medio ambiente, están más comprometidos con el entorno que les rodea y defienden la ampliación de derechos y la superación de las discriminaciones. Pero otros, desconfían de las instituciones y afirman su independencia. Se muestran indiferentes a las cuestiones de la vida colectiva y prefieren retirarse a su vida privada. Es una actitud que lleva a la soledad y a la insolidaridad. Se destacan por su falta de utopía, de esperanza en conseguir un futuro mejor que el presente. Las personas no creen en la posibilidad de cambio y transformación, prefieren sacar el máximo provecho del presente, vivir al día y pasarlo bien. Pero sobre todo desechan las normas y valores para entregarse al disfrute de lo inmediato siguiendo los impulsos y las pasiones. En esta época no manda la razón sino el sentimiento. La vida se reduce al "aquí" y "ahora", y sólo se valora el presente, la vida de cada día. El futuro se presenta sombrío y escapa a las posibilidades del momento. En consecuencia, hay "una demanda urgente" de placer, y una falta de motivación para asumir compromisos a largo plazo.

La importancia de la estética externa, la valoración extrema del mundo de las cosas de moda, la cultura de la apariencia, y la ruptura con el pasado son cuestiones elementales para los jóvenes postmodernos.

La influencia de los medios

La rapidez y dramatismo con que los medios de comunicación masivos se han ido incorporando en nuestra realidad, no nos dio tiempo para adaptarnos a su ritmo. Ante estos se nos es difícil tomar una actitud serena ante los hechos sociales que evaden nuestra vida cotidiana, nos aferramos a un mundo estático e ignoramos superficialmente el pasado.

En las sociedades actuales es cada vez mayor la importancia de los medios masivos y en particular de la televisión. Esta influye sobre la forma de actuar o de pensar de las personas, logra modificar la forma en que los hombres conocen y comprenden la realidad que los rodea. Sería una acción absurda el no creer en absoluto en la realidad que nos presentan los medios tan simple y tan sencillo porque no podemos estar en la escena de la noticia, o del suceso personalmente. Es de allí que nace la oportunidad de recibir a través de los medios, "medias verdades". Y con medias verdades quiero referir a que todos los medios tienen, directa o indirectamente, secreta o abiertamente, una tendencia a favorecer y defender una posición ya sea política, filosófica u institucional. Esta es una característica del joven posmoderno, que tiende a aferrarse a valores transitorios, débiles y superficiales.

Es tanta la influencia e importancia que tienen los medios en los jóvenes que en cierta forma pudiera darse una cierta tendencia a imitar los modelos presentados por TV y esto constituiría de alguna manera una limitación de nuestra libertad. Para tener una idea más clara sobre la repercusión de los mensajes que los medios de comunicación tienen hacia con los jóvenes contemporáneos me referiré a Juan Ignacio Pontón quien afirma que los medios modernos han debilitado en los jóvenes la capacidad de asombro. Asevera que la propaganda moderna no se dirige a la razón, sino a la emoción como todas las formas de sugestión hipnótica, procura influir emocionalmente sobre los sujetos, para someterlos luego también desde el punto de vista intelectual.

Esta forma de propaganda influye sobre el cliente acudiendo a toda clase de medios: la incesante repetición de la misma fórmula; el influjo de la imagen de alguna persona de prestigio, por medio del sex-appel de alguna muchacha bonita, debilitando al propio tiempo su capacidad de crítica, mediante el terror, señalando el peligro del "mal aliento", o de alguna enfermedad de nombre misterioso, o bien estimulando su fantasía acerca de un cambio imprevisto en el curso de su propia vida debido al uso de un determinado tipo de camisa o jabón. Todos estos métodos son esencialmente irracionales, no tienen nada que ver con la calidad de la mercadería y debilitan o matan la capacidad crítica del cliente, como podría hacerlo el opio o en estado hipnótico absoluto.

Las redes comunicacionales

Ante nuestro desconcierto vemos emerger una generación formada por sujetos dotados de una “plasticidad neuronal” y elasticidad cultural que, aunque se asemeja a una falta de forma, es más bien apertura a muy diversas formas, facilidad de adaptación a los más diversos contextos y una enorme facilidad para los “idiomas” del vídeo y del computador, esto es para entrar y manejarse en la complejidad de las redes informáticas. Los jóvenes articulan hoy las sensibilidades del pasado a las futuristas, en efímeras tribus o en las comunidades virtuales, cibernéticas. Y frente a las culturas letradas - ligadas estructuralmente al territorio y a la lengua- las culturas audiovisuales y musicales rebasan esos límites congregándose en comunas que responden a nuevas maneras de sentir y expresar la identidad, incluida la nacional. Estamos ante identidades de menos duración y más flexibles, de temporalidades menos largas y dotadas de una flexibilidad que les permite amalgamar ingredientes provenientes de mundos culturales distantes y heterogéneos.

La escuela ha dejado de ser el único lugar de legitimación del saber, pues hay una multiplicidad de saberes que circulan por otros canales y no le piden permiso a la escuela para expandirse socialmente. Esta diversificación y difusión del saber, por fuera de la escuela, es uno de los retos más fuertes que el mundo de la comunicación le plantea al sistema educativo. Frente al maestro que sabe recitar muy bien su lección hoy se sienta un alumno que por ósmosis con el medio-ambiente comunicativo se halla “empapado” de otros lenguajes, saberes y escrituras que circulan por la sociedad.