martes, 19 de abril de 2011

Los banqueros

Los banqueros
La economía, de espaldas – Los banqueros
Natalia Springer. Columnista de EL TIEMPO.
Los bancos, sus obligaciones, sus servicios y la larga lista de sobrecostos.
Es verdaderamente indignante ver a los banqueros rasgándose las vestiduras cada vez que algo no se mueve a favor de su capital y continuamente exigiéndole al Gobierno que refuerce la inversión en seguridad, que fomente el ahorro y que promueva toda clase de políticas para sostener los avances del sistema bancario. Por supuesto, no se dan por enterados de sus obligaciones y, a pesar de que la salud de la economía colombiana ha merecido siempre toda la atención que no merece la de los ciudadanos, la preocupación no es mutua. El sistema financiero registró el año pasado ganancias por 3.569 billones de pesos y su nivel de inversión social en el país es casi inexistente.
Los bancos dicen que bastante hacen ya con pagar impuestos, y eso es cierto y falso a la vez, en cuanto los impuestos que pagan no se deducen en realidad de las ganancias que les produce el manejo del dinero sino de todos esos cargos que pagamos ustedes y yo por el solo hecho de tener una cuenta. Cobran por la chequera, por cambiar el cheque y por administración de la cuenta corriente, lo que incluye otra tasa sobre el mismo cheque. Impuestos de guerra, costos de manejo, costos por certificar que uno tiene una cuenta (¡5.700 pesos por una carta de un párrafo!, más del doble de los intereses que recibe una cuenta de ahorros promedio en tres meses) y por el uso de las tarjetas. En el caso de las cuentas corrientes, los cargos de un solo mes generalmente superan los 45.000 pesos, y las tarjetas de crédito cobran los intereses más altos del mercado. La consulta del saldo es un lujo, los reintegros (por equivocaciones de ellos) son una pesadilla de trámites que pueden durar meses y que les permiten seguir beneficiándose del movimiento de ese dinero. La lista de sobrecostos es ridícula. Ni hablar de la calidad de los servicios y el tratamiento vil que reciben los usuarios. ¿Y los organismos de control? ¡Están pintados en la pared!
Bajos estas circunstancias, los colombianos hacen bien en no ahorrar, pues las cuentas 'de ahorros' no sirven ese propósito. Desafortunadamente, se trata de un servicio del que resulta imposible prescindir, pues al que se niega a abrir una cuenta, aún con un récord limpio de gasto y consumo, el sistema automáticamente lo bloquea y lo convierte en un paria. Si no tiene una cuenta, no existe.
Pero no solo los bancos no pagan realmente impuestos por el manejo del dinero, sino que tampoco hacen inversión en este país. Eso sí, adoran al presidente Uribe y se desviven en halagos, pero le dan la espalda cuando se trata de apoyar robustamente el proceso de reinserción, los programas de rehabilitación de víctimas y reconciliación y la promoción de la cultura o de la educación. Todas ellas áreas estratégicas para la paz, que es el ambiente en el que el sistema financiero crece. Los aportes no van mas allá de la limosna mezquina. Les doy un ejemplo de lo contrario: La Caja Madrid invirtió exclusivamente en España en el año 2005 un total de 192,6 millones de euros en su programa social que benefició a 12,8 millones de personas de forma directa, es decir, a uno de cada cuatro españoles. Solo en educación invirtieron 41,1 millones de euros. Eso en un país que cuenta con las mejores universidades públicas y con la economía más pujante de la Unión Europea. Mientras tanto, el Banco Santander España, mucho más poderoso que el anterior y con gran presencia en Colombia, invirtió apenas 47,6 millones de euros en su programa bandera, que es educación, en 13 países durante el 2003. Los socios más beneficiados fueron, en orden, México, Brasil, Argentina, España y Perú. Sin comentarios.
No concluyo este artículo porque todavía hay mucho por decir. Me referiré en el siguiente a la función que han cumplido los bancos en la guerra, porque ni ustedes ni yo creemos que tanto dinero ilegal se mueva sin que el sistema bancario se percate y se beneficie. Los invito a escribirme a desurasur@gmail.com y enviarme información sólida y verificable. Esto no ha hecho más que empezar.
Natalia Springer

No hay comentarios:

Publicar un comentario