El mecanismo del mercado
El
mecanismo del mercado es, según las palabras de Adam Smith, una especie de
“mano invisible” que reglamenta las respuestas dadas (…)
El mecanismo del mercado es, según las palabras de
Adam Smith, una especie de “mano invisible” que reglamenta las respuestas dadas
a las tres cuestiones bases estudiadas por la economía: “el qué”, “el cómo” y
“para quien” es producido. En el caso de la respuesta a cuestión “el qué”
producir, cuando las familias buscan más de un bien significa que están más
predispuestas a pagar más por la misma cantidad haciendo con que el precio
aumente y criando incentivos a los productores para que ellos afecten más recursos
productivos para la producción de este mismo bien. En respecto a la cuestión de
“el como” producir, también son los precios de los bienes y de los factores
productivos que reglamentan las combinaciones y cantidades de cada factor
productivo utilizado en la producción. Relativamente a la respuesta a la
cuestión “para quien” producir, también son los precios de los diferentes
factores productivos que, juntamente con las cantidades detenidas, determinan
la repartición del rendimiento y, por eso, el consumo de cada familia.
Por todo lo mencionado, fácilmente se concluye que el
papel central del mecanismo del mercado cabe a los precios. Así, es a través de
los precios que el mercado consigue compatibilizar los intereses antagónicos de
productores y consumidores. De esta forma, el mecanismo del mercado no es más
que el proceso por el cual son formados los precios en el mercado.
¿Qué diferencia hay
entre este modelo, la economía de mercado y la economía planificada? Como su nombre indica, la economía mixta aglutina aspectos de la propiedad
privada del capitalismo y de la propiedad colectiva de la economía planificada
o socialismo. Sus defensores afirman que ni la economía de mercado libre sin
limitaciones ni la centralizada con tantas regulaciones pueden ser beneficiosas
para el desarrollo de los países del siglo XXI. Así, este modelo económico
permite a empresas y consumidores disfrutar de libertad de decisión y acción
puesto que el control del gobierno es limitado. Al mismo tiempo, supone una
desigualdad económica en la sociedad menor que en otros sistemas y los
monopolios están bajo la vigilancia del gobierno, favoreciendo la justa
competencia y el acceso de otras marcas al mercado. Cuando hay equilibrio entre
ambas fuerzas, este sistema posee importantes ventajas para todos los actores,
pero si en la práctica la balanza se inclina más hacia el control gubernamental
puede derivar en descontento social. Por ejemplo, si el gobierno sube la base
imponible de un cierto tipo de productos: teatro, cine.
Las formas de intervención
estatal en este tipo de economías pueden ser muy diversas, desde la regulación
(normativa medioambiental) a la fiscalidad (tasas e impuestos), políticas de
gasto público y ayudas (subvenciones, subsidios por desempleo) o que sea el
propio Estado el productor de bienes públicos (empresas públicas).
En ambos extremos se sitúan la economía libre de mercado y la planificada. La primera de ellas
se basa en la propiedad privada de los medios de producción de forma que son
los oferentes (marcas) y los demandantes (consumidores) los que asignan y toman
decisiones sobre el reparto de los recursos escasos: los agentes económicos
deciden qué comprar y en qué cantidad y las empresas deciden qué bienes y
servicios producir. La historia pone hoy de manifiesto que son los países que
han apostado por este modelo económico los que han logrado mayores avances en
cuanto a bienestar social e innovación. De hecho, la competencia entre empresas
que operan en el libre mercado incentiva el crecimiento económico y la apuesta
por la calidad y las nuevas tecnologías.
En cambio, la economía planificada es propia de aquellos países (Cuba) en
los que es el gobierno -y no la ley de oferta y demanda del mercado- quien fija
los precios, establece los objetivos económicos y toma las principales
decisiones sobre producción y reparto de recursos. Es decir, produce, reparte y
fija precios mientras que la economía de mercado fiscaliza, regula, distribuye,
estabiliza y produce.
En el mundo
real, es difícil encontrar estructuras de mercado que garanticen la
transparencia plena tanto para consumidores como para competidores. No siempre
las posiciones competitivas son iguales y por lo tanto, es necesario analizar
detalladamente la clase de mercado que se afronta, para poder realizar un análisis
claro de la realidad competitiva presente.
La teoría
tradicional parte de un modelo de competencia perfecta para explicar fácilmente
las diversas variables económicas. La competencia perfecta se tiene básicamente
cuando ningún agente o empresa es capaz de influir sobre el precio.
Generalmente esta condición se obtiene bajo las siguientes características:
Existencia
de un elevado número de oferentes y demandantes. Implica que la decisión individual de cada uno de
ellos ejercerá escasa influencia sobre el mercado global. Las empresas son
precio-aceptantes
Homogeneidad
del producto. Supone que
no existen diferencias entre el producto que vende un oferente y el que venden
los demás.
Transparencia
del mercado. Requiere
que todos los participantes tengan pleno conocimiento de las condiciones
generales en que opera el mercado.
Libertad de
entrada y salida de empresas. Todas las
empresas participantes podrán entrar y salir del mercado de forma inmediata en
cuanto lo deseen.
Como es lógico, dichas condiciones son muy estrictas y poco realistas, por esto, la teoría económica ha diseñado la teoría de la llamada Competencia Imperfecta.
La
competencia imperfecta:
En una
industria, un sector de la industria o un mercado se presenta competencia
imperfecta cuando alguno de los agentes posee algún grado de control sobre los
precios.
Existen tres
grados de competencia imperfecta.
Monopolio
Oligopolio
Monopsonio
El
monopolio:
El
monopolio, es el caso extremo de la competencia imperfecta y se da cuando
existe un único productor que tiene control absoluto sobre el manejo del
precio. Implica, además, que no existe ningún producto sustituto que pueda
reemplazar el producto del vendedor monopolista.
Existe un
tipo especial de monopolio llamado monopolio natural; este se da cuando la
actividad económica solo puede ser cubierta por comodidad por una sola empresa.
Los
monopolios naturales más comunes son los servicios de electricidad y agua, los
cuales debido a los sistemas de distribución generalmente son manejados por una
sola empresa.
El
oligopolio:
El
oligopolio se da cuando hay pocos competidores en el mercado, pero pueden
influir sobre el precio. Generalmente en un mercado de oligopolio existen
empresas líderes de mercado, con gran influencia en los precios y pequeñas
empresas que no pueden influir como competencia. Esto produce que los líderes
de mercado (pocas empresas) controlen los precios.
Una de las preocupaciones más grandes de las entidades que controlan las empresas es evitar la llamada colusión que consiste en acuerdos entre empresas para controlar los precios y evitar la competencia.
Monopsonio:Una de las preocupaciones más grandes de las entidades que controlan las empresas es evitar la llamada colusión que consiste en acuerdos entre empresas para controlar los precios y evitar la competencia.
Cuando en un
mercado existe una única empresa compradora o un único consumidor se da un
monopsonio. El monopsonio puede constituir una forma de control de precios
debido a la discrecionalidad del comprador a determinar el precio de compra de
bienes. Esta situación generalmente resulta en detrimento de los productores
que se ven en la necesidad de vender a cualquier precio debido a no tener
compradores alternativos.
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