domingo, 17 de abril de 2016

Generación sin rebeldía

Generación sin rebeldía
Por: Angélica Gallón Salazar
¿Cómo son los adolescentes de estos tiempos? Quizá nadie pueda dar con certeza una respuesta. Sin embargo, un reciente estudio asegura que son la generación menos rebelde de toda la historia, la más viajera y una muy romántica.
La premisa de que los adolescentes son tan mal comprendidos por sus padres y maestros como por el mercado, que no sabe leer claramente lo que desean, alentó a Lowe Counsel, la consultoría de investigación estratégica de la agencia Lowe & Partners Worldwide, a realizar una investigación bautizada WOT, Window on Teens (‘Ventana a la adolescencia’) entre blogueros y líderes de opinión adolescentes de más de 20 ciudades del mundo.
Con la ayuda de psicólogos, rectores de colegios y sociólogos, la segunda fase del estudio se concentró en conocer, a través de 180 blogueros y 30 expertos, cuáles eran las características y realidades de los adolescentes en Latinoamérica. “Muchos mitos que se habían mantenido en torno a los jóvenes se van al suelo con este estudio”, asegura Richard Welch, uno de los responsables de esta investigación, quien estuvo de paso por Colombia. “Los adolescentes constituyen uno de los grupos más misteriosos e incomprendidos de la sociedad actual y no somos capaces de entender la realidad de su experiencia porque al analizarlos, los adultos no podemos desligarnos de nuestra propia experiencia pasada y retrospectiva como adolescentes”, asegura el experto.
Welch está comprometido con crear un nuevo retrato sobre eso que acontece entre los 13 y 19 años, aunque no pierda de vista que uno de los mitos que derrumba la investigación es que la adolescencia ya no es una cuestión de edad. “Un cambio fundamental es que ahora el adolescente es el ideal para el adulto. Hoy, niños y adultos se disfrazan de adolescentes. A la vez es fácil observar que hay menos fronteras entre lo que los padres y los adolescentes usan, ven y les gusta. En un mundo de “adultez” y “niñez”, la edad se está convirtiendo en un estado mental”, concluye el estudio.
El libro de Jeroen Boschma e Inez Groen titulado Generación de Einstein: inteligentes, sociales y superfast, una pesquisa basada en 10 años de trabajo y conversaciones con jóvenes nacidos a partir de 1988, es anterior al estudio WOT. Sin embargo, presenta grandes coincidencias sobre todo en la percepción de unos jóvenes que tienen unas visiones más positivas sobre el futuro, que han desmitificado la autoridad a tal punto que ni siquiera la ven como legítima para rebelarse contra ella.
“La Generación Einstein, que nace a finales de los años 80, se saltó las crisis económicas que azotaron esta década y nació apegada a la tecnología a merced de sus incalculables posibilidades”, explica Carolina Reyes, investigadora de mercado, quien asegura que “es la primera generación de jóvenes desde la Segunda Guerra Mundial que se identifica por características positivas: sociabilidad, cooperación, inteligencia, implicación”.
La comparación con otras generaciones hace evidente esto que los analistas señalan. Por ejemplo, mientras la llamada Generación Baby Boom, esa que nació entre 1945 y 1955, consideraba un hecho irrefutable, casi un mandato tener hijos; la Generación X, la que nació entre 1960 y 1985, no tuvo deseos de concebirlos; por el contrario, esta Generación Einstein no sólo quieren tener hijos sino que “sean fruto del amor”. Sí, son jóvenes que celebran el romanticismo, se advierte en WOT.
Para Richard Welch, uno de los grandes malentendidos en torno a los adolescentes actuales es seguir ligándolos con una idea de rebeldía y rebelión, como si ellos hubieran heredado esas ansias de pararse en contra de poderes estatales o económicos de tiempos pasados. La verdad es que es todo lo contrario. “Los adolescentes de hoy son la generación menos rebelde desde que el término fue acuñado. Ha habido un debilitamiento dramático de autoridad”, sentencia tajante Welch.
Estos son adolescentes que además han crecido viendo los grandes movimientos contraculturales, como los punkeros o los raperos, convertidos en una simple moda, en signos legítimos que todos usan desprovistos de ideología . Quizás, esto sólo los ha llevado a pensar en la ineficacia de la revolución. El estudio asegura que esta disminución en las cuotas de rebeldía ha mejorado la relación con los padres: “Entre los jóvenes no solamente hay una aceptación de que sus papás tienen la razón, hay también un entendimiento de que sus padres vivieron tiempos más difíciles”.
La autoridad de los padres ha cambiado. Richard Welch cita a María Isabel Murillo, fundadora de la Escuela de Talento de Adolescentes de Colombia, quien asegura que antes, cuando los padres decían “no” , significaba “NO” y no había discusión, pero ahora las cosas han cambiado: cuando los padres dicen “no”, inmediatamente surge la pregunta: ¿por qué no?, que hace que el adulto se cuestione .
La comprensión de los adolescentes debería también despegarse de que sean parte fiel de una tribu o grupo urbano, pues su identidad se crea ahora como un mosaico de referentes. Están 24 horas conectados, pero eso no los encierra; en contraste, son una de las generaciones más abiertas y viajeras de todos los tiempos.
Su sentencia podría ser “Twitteo, luego existo”, asegura Welch con gracia y añade: “Sus identidades son más íntimas, pero también son más expuestas y están reformulando la idea de la privacidad”.
Las tribus ya no son radicales
A pesar de ver férreos comportamientos de pertenencia por parte de los jóvenes a grupos musicales o equipos de fútbol, el estudio revela que la identidades tribales —esas que los identificaban como parte de los punkeros, los floggers, los emo, etc.— han sido reemplazadas por un mosaico que a su vez es amplio y respetuoso de la diversidad. “Aunque las tribus existen y los adolescentes las identifican, es remarcable observar que ninguno de los 180 blogueros que participaron en el estudio se identificaron como parte de una tribu en particular. Los adolescentes ya no sienten la necesidad de pertenecer a un solo grupo; el resultado es que ‘las tribus de adolescentes’ ya no son tan importantes y significativas”, explica Welch. Un comportamiento similar ha observado el estudio que retrata a la Generación Einstein. “Para la Generación X la identidad iba necesariamente ligada a pertenecer a un grupo; para la generación actual está ligada a ser sincero con uno mismo”. Los adolescentes de Latinoamérica demostraron que además de sentirse cómodos mezclándolo todo, no tienen deseos de destacarse, quieren ser normales. “A diferencia de las generaciones anteriores, que sentían la necesidad de dejar su huella en el mundo, los adolescentes de Latinoamérica hoy prefieren, en realidad, ser sencillamente normales, naturales”, añade el experto, quien sentencia: “Las ‘comunidades’, las ‘sociedades’ y las ‘causas’ son las nuevas tribus”.
Aprecian la tradición
En un mundo en el que todo se consume tan rápidamente (todo fue “el año pasado”, “el mes pasado”, “la semana pasada”), los adolescentes están buscando fuentes de continuidad y valoran la autenticidad, pues les ayuda a tener confianza en un mundo tan fluido. Son consumidores inteligentes que valoran los productos que perduran. Como los adultos, ven las compras como inversiones buenas o malas... A diferencia de las generaciones anteriores de adolescentes, los de ahora son muy conscientes de que nada dura para siempre y de que no son inmortales, lo que los hace pensar y considerar con cuidado sus decisiones.

· Angélica Gallón Salazar | EL ESPECTADOR

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