“Todas las formas de
tortura de los paramilitares fueron muy crueles”
Eduardo Castellanos, magistrado de Justicia y Paz, es el primer alto
funcionario judicial en detallar cómo las autodefensas ejercieron la tortura
durante casi tres décadas de guerra. La reconstrucción de esta barbarie pone la
piel de gallina.
Por: Juan David Laverde Palma
Eduardo Castellanos, magistrado del Tribunal de
Justicia y Paz de Bogotá. / Imagen tomada de Noticias Caracol
¿Por qué el Tribunal de Justicia y Paz
de Bogotá abordó el fenómeno de la tortura?
Porque es un delito atroz, un delito que todos despreciamos, que todo el
mundo censura y, adicionalmente, porque en las sentencias que van de Justicia y
Paz el trabajo no se había hecho. Tal vez porque en la Fiscalía no se habían
presentado casos con suficientes evidencias para poder investigar a fondo este
delito.
¿Qué encontró el Tribunal al hacer la
radiografía de este delito en los paramilitares?
Lo que se hizo fue revisar cuántos de los casos por tortura se habían
documentado en las autodefensas del sur del Cesar. A partir de allí, toda vez
que había un gran número de hechos que las involucraban, quisimos ampliar el
análisis a las sentencias dictadas ya en Justicia y Paz que tocaron este
delito. Al cruzar todo eso encontramos 32 formas de tortura cometidas por las
autodefensas. Luego, aplicando criterios jurídicos, identificamos patrones y
clasificaciones. Hubo torturas para que las víctimas confesaran, para
castigarlas y para modelar el comportamiento.
De esas 32 formas de tortura, ¿cuál fue
la que más escozor le produjo?
Todas son altamente degradantes y reprochables. Pero por la crudeza de
los hechos, quizás uno recuerda con más propiedad algunos casos. Por ejemplo,
la utilización de reptiles en el bloque Vencedores de Arauca, concretamente de
culebras cascabel para que mordieran a las personas. Eso es espeluznante. Un
postulado de ese bloque contó que solía llevar consigo una bolsa donde tenía un
par de serpientes cascabel y cuando por alguna razón le entregaban a víctimas
para que fueran asesinadas, entonces él les preguntaba: “¿Usted cómo quiere
morir? ¿Aquí mordido por esta culebra o lo ahorco?”. Las víctimas, en un par de
casos, le dijeron: “No, yo prefiero morir ahorcado”. Y los ahorcaban.
Imaginarse eso, ponerse en la piel de las víctimas es terrible. Es escoger
entre dos maneras de morir. Es decir, sabían que se iban a morir, pero
escogieron la horca como una forma menos cruel. También hubo un caso muy duro
en los paramilitares del Meta y Vichada. Se documentó que las autodefensas
capturaron a dos personas y las sometieron a los experimentos que pudieron los
practicantes de un curso de primeros auxilios. Cuentan que les abrieron los
brazos para mirar un músculo o una vena.
¿Cuál comandante paramilitar fue el más
sanguinario en estas prácticas?
La tortura fue connatural a todos los bloques paramilitares. Algunos
optaron por asfixiar a sus víctimas con bolsas, otros las mutilaciones, otros
los choques eléctricos. En la audiencia que hicimos hace algunos años con Yair
Klein (el mercenario israelí que entrenó en los años 80 a estos grupos), el
postulado Rigoberto Rojas contó varios hechos atroces. Por ejemplo, en esos
cursos sometían a los alumnos para que perdieran el miedo de atentar contra la
vida de una persona. Rojas, incluso, llegó a someter a los alumnos a comerse
los sesos de las víctimas como forma para enfrentar el rigor de la guerra.
¿Cómo eran las famosas torturas en la
Isla de Ramón Isaza?
El jefe paramilitar del Magdalena Medio Ramón Isaza tenía una isla sobre
el río Magdalena, cerca de Puerto Berrío, y la usaba como una especie de
reformatorio. Allá enviaba a los paramilitares indisciplinados y los torturaba.
¿Cómo? Los enterraban hasta los hombros de modo que sólo sobresaliera del piso
la cabeza y ahí les aplicaban miel de abejas, panela o ciertos elementos que
atraían los insectos. Ahí los animales los picaban. Incluso se cuenta que otros
postulados se orinaban en las cabezas de esas personas.
¿Cómo fue la tortura del jugador de
fútbol que se negó a jugar en el equipo de un paramilitar?
Eso ocurrió en La Dorada (Caldas). Lo confesaron postulados del grupo de
alias “Botalón”. Él tenía un equipo de fútbol y lo que se menciona es que la víctima
era un buen jugador. Entonces le ofrecieron formar parte en el equipo, pero
como se rehusó le fracturaron sus miembros inferiores. Y después lo mataron.
También hubo torturas combinadas. ¿Eso
cómo lo interpreta el Tribunal?
No es sencillo dar una lectura ni el tema es unánime. Nosotros podemos
tener una postura, pero eso no quita que la academia tenga otra visión sobre
los casos. La tortura se configura cuando se somete a una persona a graves
sufrimientos, pero con unos propósitos claramente establecidos. Cada caso es
distinto. Cuando hay esos sufrimientos mixtos, en donde, por ejemplo, los
queman y luego los ahorcan, podría interpretarse como una forma de venganza de
los paramilitares, más allá de que se busque algún tipo de confesión.
¿Cómo fue usada la violencia sexual
como método tortura?
La violencia contra las mujeres ha sido un arma de guerra. En las
autodefensas de Ramón Isaza hubo un caso donde la compañera de un guerrillero
estaba en embarazo y la asesinaron y le sacaron su criatura del vientre. La
violencia de género ha estado intrínsecamente ligada al conflicto. Las mujeres
fueron objeto de vejámenes por parte de los paramilitares en numerosas
ocasiones, así como la población LGBTI.
¿Cuál caso de violencia sexual lo
impresionó mucho?
Hay dos eventos muy fuertes. Uno en el bloque Montes de María, con alias
el Oso, sindicado de numerosos casos de afrentas sexuales contra víctimas en
esa zona del país. El otro caso es el de Hernán Giraldo, en Magdalena. Las
familias que vivían allí y que tal vez recibían algún tipo de protección de sus
tropas lo buscaban para que fuera su compadre o el padrino de sus hijos o de
sus hijas. Él buscaba a niñas vírgenes para que tuvieran su primera relación
con él. Con un antecedente grave: la Fiscalía ha señalado que eso no siempre
fue una conducta violenta de Hernán Giraldo, pues muchas veces las propias
madres de las víctimas llegaban a ofrecerle a sus hijas a Giraldo.
¿De qué forma fue utilizada la
mutilación?
De múltiples maneras. Por ejemplo, a los ladrones les amputaban las
manos o los dedos como seña por ese comportamiento. Este trabajo en materia de
tortura está apenas bosquejado, seguramente sobre las mutilaciones se pueden
hacer más profundizaciones.
¿Qué les producía a las víctimas la
técnica de tortura de agua con sal para ganado?
Alias el Loro cuenta que una de las maneras de someter a las víctimas
consistía en ubicarlas en una silla, atarlas de pies y manos y sumergir una
toalla en sal de ganado y agua y luego ponérselas en la cara. Es de imaginar
que cuando las víctimas intentaban respirar absorbían por su nariz el agua con
sal, lo que les ocasionaba gravísimas quemaduras en sus vías respiratorias.
Creo que el sufrimiento y la desesperación de las víctimas era indecible.
¿Y la tortura con detergente cómo era?
Era más o menos similar a esta de sal para ganado, pero ésta producía
asfixia.
De ese repertorio criminal, ¿cuál fue
la tortura más atroz?
Todas fueron muy crueles. Cuando pensamos que ya se habían acabado todas
las formas habidas y por haber de torturar, encuentra uno casos que nos revelan
que no es así. Por ejemplo, en el sur del país, en Nariño, llevaban a las
víctimas a unos precipicios profundos y las tiraban desde allá. Que supieran
que se iban a morir es terrible. En muchos casos despeñaban a la gente por esos
desfiladeros.
Y las torturas de las guerrillas,
¿cuándo serán investigadas por la justicia?
Este trabajo que
apenas dejamos bosquejado en la decisión del sur del Cesar debe ser ampliado
por la academia, por las comisiones de la verdad, por el Centro de Memoria
Histórica y seguramente también habrá que hacer ese mismo trabajo cuando
empiecen los juzgamientos de los integrantes de la subversión. Todos sabemos
que ellos incurrieron en ese tipo de comportamientos y seguramente habrá que
examinar qué tipo de métodos utilizaron para torturar a las personas y, tal
vez, intentar bosquejar en qué medida la conducta de tortura fue común en el
accionar de las Farc y el Eln.
No hay comentarios:
Publicar un comentario